Portishead es un verdadero misterio…
Beth Gibbons, Geoff Barrow y Adrian Utley comenzaron a hacer música juntos en 1991.
Y al poco tiempo… se volvieron eminencias:
- Le dieron vida al sonido de Bristol y vencieron a Massive Attack y a Tricky en su propio juego.
- Publicaron dos grandes trabajos, que los consolidaron como un grupo clave de los noventa.
Y después… ¡poof!
(Desaparecieron).
Sacaron su tercer álbum en 2008… y después… ¡poof!
(Otra vez).
Prometen que nos entregarán su cuarto material… algún día.
Pero, más frecuentes son los eclipses de sol. 😒
Mientras tanto…
- Reseñaré su discografía completa.
- Te la presentaré de peor a mejor.
- Y recopilaré mis canciones favoritas.
¿Me acompañas, querido lector?
Discografía de Portishead de peor a mejor
3. Third (2008)
Third es el tercer disco de Portishead.
Pasaba el tiempo…
Una década a otra. Un siglo a otro. Un milenio a otro.
Y nadie sabía nada de Portishead.
¿La tierra se los había tragado?
- Beth Gibbons sacó un álbum, con un tal Rustin Man.
- Y Geoff Barrow se había divorciado.
Pero, a nadie le importaba eso.
La gente quería un nuevo material de Portishead.
Y rápido.
🙌
- El grupo anunció Third.
- Lo subieron a Last.fm.
- Y el servidor colapsó, por el ingreso de más de 300.000 usuarios.
¿Qué tal? 😎
Third es completamente diferente a todo lo que hicieron en el pasado.
La banda renació:
Se despidieron de la electrónica, del Trip hop, de los samples y de los scratchings.
Por primera vez, las canciones son aceleradas.
Aunque, conservan la irascibilidad:
Esto se expresa con RUIDOS, a lo largo de todo el disco:
Alarmas. Desgraciadas alarmas que se atraviesan en los versos, que se sobreponen a los instrumentos y que JAMÁS se adecúan a los ritmos.
¿Y qué rayos es eso que suena en Plastic?
Parece como una turbina a la que se falta aceite. 😂
Portishead y el rock
En Third, Portishead admite una inclinación por el rock.
(No lo vi venir).
Así que, experimentan con dos subgéneros relativos: el industrial y el post-rock.
Industrial
Es el subgénero más representativo de Third:
- We Carry On emplea riffs de teclado de pesadillas distópicas (muy del tipo Crystal Castles), y riffs bélicos de guitarra eléctrica, que anticipan una batalla mortal, con redobles militares.
- La aclamada Machine Gun tiene una percusión digital de repiques ametralladores (acordes con el título), que se van deformando paulatinamente. Me late que este temita antecede al PC Music de SOPHIE y Charli XCX.
Post-rock
El post-rock también es esencial en Third:
- Altera el devenir de algunas piezas, y las conduce hacia territorios inhóspitos (como en Hunter).
- Small cierra con acordes disonantes de órgano, y Threads, con notas apocalípticas de bajo y explosivos golpes de batería.
Géneros menores
En menor medida, Portishead también explora el folk, incorporando guitarras acústicas, de acordes depresivos, y arpegios amenazantes en Hunter y fúnebres en Small.
Por su parte, The Rip es una joyita de Dream pop, con arpegios de sintetizador en los versos, mientras que Beth canta con la majestuosidad de Victoria Legrand.
(Esos caballos blancos me ponen los pelos de punta. ¿Y a ti?)
Beth Gibbons en Third
En este tercer trabajo, la performance de Beth Gibbons es más religiosa que artística.
Se le nota más ensimismada que nunca:
Reza sus líricas, aúlla en Small, da alaridos en Threads, sufre crisis nerviosas y canta -todavía- más despacito.
También emite murmullos y tarareos, para disipar su soledad frente al micrófono.
Nota: la felicito por el estribillo de Nylon Smile.
La percusión
En Third, la percusión adopta un estilo más tribal, que involucra bongós, tambores, maraquitas, y altera su ejecución para los toms y bombos.
Por otra parte, las baterías se perciben sucias y lo-fi. Especialmente, los platillos.
(Es como si hubiesen sido grabadas en un estudio barato, que se cae a pedazos).
Buen detalle.
¿Por qué Third ocupa el último lugar de esta lista?
Escribo como si me hubiese gustado Third, ¿verdad?
No es el caso.
Ciertamente, tiene momentos majestuosos y sublimes.
La mayoría de los temas suben como la marea… pero, nunca alcanzan sus clímax.
Se trata de mucho ruido y pocas nueces.
Y es una verdadera lástima, porque el grupo regresó con ideas frescas y arreglos elegantísimos.
Pero, les faltó bolas. Les faltó fuerza.
A partir de Plastic, el álbum queda en estado de coma y no recupera su lucidez.
(Creo que Magic Doors es lo más nulo de su discografía).
Quisiera saber…
¿Qué costaba mantener el fervor y el equilibrio de Nylon Smile, para todas las piezas?
Así no se puede.
2. Dummy (1994)
Dummy es el álbum debut de Portishead.
Cuando salió… la tierra se detuvo:
- El publicó se obsesionó con el Trip hop.
- Alcanzaron el segundo lugar en la lista anual de discos británicos.
- Y se ganaron el premio Mercury.
Tienes que saberlo:
Dummy es la -supuesta- obra maestra de Portishead.
Ningún trabajo posterior le supera en reputación.
¿Y cómo suena este disco?
HAHA. 🤣
¿Cómo explicarte?
Es… como el típico playlist de algún antro para marginados.
Totalmente contracultural.
Es un álbum oscuro. Depresivo. De letras angustiantes. Y a veces, un tanto escalofriante.
Sus ritmos son lentos… muy lentos… como para escucharlos tirado en el piso, contemplando las grietas del techo.
(O bailando como un caracol).
Su producción es sucia y de acabado vintage.
Cosa que no es accidental.
Ya que Dummy está meticulosamente ideado:
- Se originó de sampleos de vinilos rayados.
- Y los instrumentos fueron grabados de un amplificador roto.
Te lo confieso…
Creo que este es el disco más cohesivo y hermético que he escuchado en mi vida.
Mantiene su línea de comienzo a fin.
(Y poco le interesa que lo encuentres repetitivo).
(O que te duermas en el intento).
¿Cómo es la labor de cada integrante?
Lo que más me gusta de Dummy son sus baterías:
Particularmente, por su ambiguo tratamiento de producción, ya que suenan orgánicas y digitales a la vez.
Uff…
¡Los platillos!
¡Las claves!
Y cómo nos sorprenden:
- Con esos redobles que lideran Mysterons.
- Y esas cajas de Numb, que suenan como un barril de aluminio.
Las baterías llevan a cabo ritmos de rhythm and blues y de rap.
Sobre los que Beth Gibbons canta libremente… a su manera… despreciando el orden y los tiempos.
Pronuncia sus letras despacito, alarga las palabras y se toma un respiro antes de entrar en los compases.
Entona notas altas, da alaridos, murmura, canta como una chiquilla en Numb, se asemeja a Billie Holiday en Glory Box y te invita a respirar (con la dulzura de una instructora de yoga) en It’s A Fire.
¡Y cómo ruge unos estribillos que perduran en la memoria!
Su momento cumbre ocurre durante los versos de Sour Times, en los que canta con soltura, entonando melodías seductoras.
La fuerza de Dummy está en la percusión y en la voz de Gibbons.
Todo lo demás… es opcional.
Adornitos para que la cosa no quede tan cruda:
Trompetas. Flautas. Theremin. Cuerdas. Scratching. Samples diabólicos.
Van y vienen…
Destacan:
- Los pianos y órganos, de armonías pacíficas.
- El bajo, de líneas siniestras en Pedestal.
- Y las guitarras eléctricas, con sus arpegios de blues y melodías sombrías en Mysterons, y su explosividad en Glory Box.
¿Dummy se merece tanto prestigio?
Nope.
Está sobrevaloradísimo.
Tiene sus tremendas canciones al principio.
Pero, va perdiendo la pega paulatinamente.
Se agua demasiado.
La propia Beth se aburre y nos pichirrea buenos ganchos.
No entiendo que Roads o Numb sean temas clásicos…
Para mí, son vaguísimos y planos.
¿Cuál fue el problema de Portishead?
Su obsesión por evocar atmósferas.
Para ello, apelan a la repetición:
De notas, de ritmos, de loops.
Pero, se les va la olla…
Por lo que Dummy se hace interminable.
1. Portishead (1997)
Portishead es el segundo disco de este trío inglés.
Lo lograron…
Convencieron al público con su extraña propuesta.
¿Qué vendría después?
Lo lógico: más de lo mismo.
Portishead es la secuela directa de Dummy.
Mantiene el ánimo fúnebre y los ritmos reposados.
(El eterno letargo).
¿Y ya? ¿No tiene nada de diferente?
Sí.
… A su manera.
El grupo estaba sobrado:
Sabían que volverían a triunfar con su segunda entrega.
Por lo que intensificaron su música.
Portishead es -considerablemente- más maléfico y angustiante que su predecesor.
Establece un estado perpetuo de tensión:
Es… como si algo terrible… estuviese a punto de acontecer.
Provocan esta sensación con notas discordantes y feístas.
Y apenas comenzando el disco: con Cowboys.
¿Notaste que Dummy sugería un cierto gustico por el jazz?
Bueno… en Portishead se sigue ese camino.
All Mine deja en claro las influencias del grupo hacia el jazz clásico.
Western Eyes, Mourning Air y Humming son otros ejemplos.
Esto se logra con los pianos, vientos metales, cuerdas de cámara, y con el canto trágico de Beth Gibbons.
¡Ja!
De hecho, algunos de estos instrumentos contribuyen con el fanatismo del grupo hacia las películas de espionaje.
¿Sabías que Portishead son amantes de este género?
- Grabaron un cortometraje llamado To Kill a Dead Man.
- Y el sample de Sour Times es de Misión Imposible.
En Portishead… esta afición roza los extremos.
(En gran medida, por los sampleos de Geoff Barrow).
Esto me encanta, porque le da a Portishead un cierto aire cinematográfico.
Como si fuese la banda sonora de una cinta de 007.
Solo que más oscura…
En la que James Bond es un paciente psiquiátrico. 🤣
¿Qué hay de Beth Gibbons?
Es más dramática y teatral en Portishead.
- Canta apesadumbrada, como si tuviese una daga clavada en el corazón.
- Conserva el gusto por las notas altas, y hasta entona falsetes en Undenied.
- Se expresa con amargura en los estribillos de Elysium, y se enamora perdidamente en Only You.
Considero que su mayor mérito fue perfeccionar sus nociones del pop.
Ya que nos ofrece mejores ganchos y frases, en comparación con Dummy.
La percusión vuelve a dar de qué hablar
¿Por qué la percusión de Portishead es tan rara?
Con esos acabados tan ambiguos.
Las cajas no suenan como cajas…
Si no, como hojas de otoño que se quiebran, o piedras que caen al fondo de un pozo vacío.
Los golpes son huecos, crujientes y producen ecos.
(Me fascinan). 😍
Un avance innegable
A pesar de no ser considerado como un clásico atemporal (solo Dummy lo es), Portishead es un disco más maduro:
Las canciones son más completas y están equilibradas en conjunto. No se opacan.
El tiempo les jugó a favor.
La banda analizó su estilo y le realizó algunos ajustes.
¡Y listo!
Portishead es un avance modesto.
… Pero, innegable.
Las 13 mejores canciones de Portishead
- Silence.
- Nylon Smile.
- Sour Times.
- Mysterons.
- Cowboys.
- Wandering Star.
- The Rip.
- It’s A Fire.
- Over.
- Strangers.
- Humming.
- Glory Box.
- Hunter.
Conclusión
Gracias por leer este artículo.
Como te habrás dado cuenta, no soy devoto de Portishead.
De hecho: no te los recomiendo.
Son como un producto de marketing:
- Siempre priorizando las atmósferas sobrecogedoras y las emociones negativas.
- Y manteniendo esa imagen de artistas misteriosos, que publican música nueva cada cincuenta años.
¡Bah!
Les falta corazón.
Su discografía es insípida, sosa y antipática.
Si te va eso de la electrónica oscura, quédate con Liars y Blanck Mass.
Eso sí…
Siempre les celebraré sus bases rítmicas, sus baterías, sus redobles y repiques:
Silence y Mysterons. ❤️
(Ese es el auténtico aporte de Portishead).
¿Quieres seguir leyendo?
- También publiqué la discografía de Radiohead.
- Te presento a los mejores cantantes británicos de pop en la actualidad.
- Y conoce a Genesis Owusu, el «perro negro» del R&B.
¡Hasta la próxima!
-Sebastián
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