
Los Fabelman es un drama familiar dirigido por Steven Spielberg y estelarizado por Gabriel LaBelle, Michelle Williams, Paul Dano, Julia Butters y Seth Rogen.
CRÍTICA CON SPOILERS. SORRY.
De seguro, tú ya sabes de qué va: de la infancia de Spielberg y de sus motivaciones para convertirse en cineasta.
“¡Ay no! ¿Otro más?”
“¿No bastó con Paolo Sorrentino y Alejandro González Iñárritu?”
“¿Hasta cuándo?”
No sé qué insecto le picó a la industria hollywoodense, que pretende que a los espectadores nos interesa la vida personal de sus realizadores.
Flipé con el dedo brillante de E.T. y me reí con las imprudencias de Leonardo DiCaprio en Atrápame si Puedes…
Pero, lo que haga el viejo Steven en sus ratos libres… me la suda.
SIN EMBARGO…
Se trata de un zorro viejo del séptimo arte, que sabe cómo despertar las emociones del público y cómo manipularlas a su antojo.
(Así cómo anticipar cuáles historias son interesantes para la taquilla).
Los Fabelman es una película dolorosa, conmovedora, nostálgica e incómoda.
Que recrea los recuerdos más remotos del director y los comparte abiertamente…
Y se siente raro… incorrecto… como si nos escabullésemos en su habitación y revisáramos su diario de Pascualina, o nos robásemos alguno de sus álbumes de fotos familiares.
Y no digo esto por sus actividades extracurriculares, como los Scouts o por su afán de filmar todo el día.
Ni por sus amoríos juveniles.
Si no, por su soledad…
Me marcaron las escenas de proyección de sus cortometrajes: con el joven Sammy en un rincón oscuro, ensimismado, con la mirada muerta…
Esos instantes representan su interior, a lo largo de toda la obra.
Buena parte de Los Fabelman es así de sugestiva e intrigante:
El espectador siente que participa en las actividades de la familia, como si fuese el sexto miembro:
- Se carcajea con las payasadas del tío Bennie.
- Aguanta las amarguras de la abuela.
- Aprende de Burt.
- Y contempla las prácticas de piano de Mitzi.
Se pasa un buen rato. Todo es muy agradable. Aunque, en algunos momentos, es inevitable sentir que algo no está bien. Nos invade una leve sospecha.
¿A quién mira ella mientras baila?
Este elefante en la habitación es una delicia. Las insinuaciones son la mayor fortaleza de este filme.
Inevitablemente, la tensión se vuelve explícita y esto hiere a la obra.
No la arruina, pero la convierte en un culebrón.

Las actuaciones en Los Fabelman
En esta ocasión, Spielberg no presume movimientos intrépidos de cámara, como en West Side Story y Salvar al Soldado Ryan, sino que se concentra en la dirección de actores:
Paul Dano me rompió el corazón.
El pobre hombre solo quería estar con su familia.
Sacrifica su ego para mantener la armonía.
Es muy expresivo:
Manifiesta desilusión, bajando la cabeza cuando alteran las letras de sus canciones, o cuando nadie le presta atención a sus lecciones.
También se enorgullece del talento de su hijo, y se cabrea con su esposa.
Me parece una grosería que no lo nominasen al Óscar como Mejor Actor Secundario, porque debía ganarlo (con el perdón de Jonathan Ke Quan).

Lo de Michelle Williams es más difícil porque su personaje es más inestable y un pelín exagerado.
Sin embargo, ya sabemos que esta actriz es una dura:
Justifica sus decisiones. Es muy humana. Ni blanco ni negro. Tiene matices. Se sobresalta, se quiebra, se contenta, consuela a sus hijos, es cómplice de su primogénito, y obedece sus impulsos.
Es un personaje complejo. Construido al detalle. E interpretado All In.
Su mejor escena es cuando exclama: “¡Sammy Fabelman! ¡Llevo dos semanas aguantando tu falta de respeto!”.

También me gustaría destacar a los bullies de la secundaria, con el cortometraje escolar:
- Al atleta le dolió ver sus triunfos. ¿Por qué? ¿Tendrá síndrome del impostor? ¿Será que finge ser alguien que no es?
- Y en cuanto al otro pesado. ¿Por qué aparecía bebiendo y con resaca? ¿Qué le afligía?
En ambos casos, es ineludible preguntarse qué les deparó el futuro.
La estética de Los Fabelman
Los Fabelman es una película muy bonita, visualmente. En especial, por su paleta de colores: rojo, amarillo, verde y azul.
Cómo destacan:
- El cielo.
- Los árboles y arbustos.
- Los casilleros del instituto.
- Los automóviles.
- Las blusas y camisas de Mitzi.
- El tapizado de las paredes.
- Las pañoletas de los Boy Scouts.
- Las mesas y repisas.
- Y los televisores de madera.
✅ Los vestuarios, escenografías, decoración y ambientación son grandiosos.

Conclusión
Los Fabelman es excelente, y mejora en la memoria con los días (como Almas en Pena de Inisherin). De las mejores películas de Steven Spielberg (¡que no es poca cosa!).
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-Sebastián
Texto redondo: paseas por la película de manera ingeniosa, y me presentas otro Spielberg. Château!