
Cowards es el tercer disco de la banda inglesa de rock, Squid.
Tus plegarias fueron escuchadas:
¿No decías que este género había muerto? ¿Que todos los grupos actuales sonaban igual?
Bueno… te presento a Squid: el quinteto de Brighton que no se conforma con nada.
… O que lo abarca todo.
(Depende de cómo lo mires).
Este es de los proyectos más intrépidos con los que me he topado en la vida:
Saltan de subgéneros, ritmos y ánimos como palomitas en el microondas.
Y no a lo largo de Cowards, sino de un mismo track...
Por ejemplo: en Crispy Skin parten de un tecladito irritante de notas alienígenas (muy del gusto de Animal Collective y Django Django), que discretamente evoluciona a armonías elegantes y rigurosas de piano.
A su vez, algunos temas arrancan con ímpetu y cólera, pero paulatinamente se van apagando, volviéndose cada vez más lentos y putrefactos.
Y precisamente en estos instantes, la banda adquiere un aire de post rock, como de pupilos de Swans, con punteos sombríos de guitarra eléctrica.
Y hay quienes aseguran que este grupo contribuye con el post punk moderno de Gran Bretaña. Y yo secundo esta idea por sus bajos, de notas insistentes y amargas.
¿Y qué tal lo hace el vocalista?
Ya te imaginarás: con el mismo azoramiento del grupo.
- De a ratos, murmura.
- Se sume en sus tribulaciones y susurra.
- Luego, de repente, grita y vocifera exclamaciones histriónicas, como las de una canción de campamento.
- Se toma pausas largas.
- Desafina.
- O simplemente lee sus líricas sin musicalidad alguna.
En pocas palabras: hace lo que le sale del nabo. Y a mí me recuerda a James Murphy de LCD Soundsystem.
Una banda… peculiar
Con tanto desorden, Squid deja en claro que no pretende encasillarse como un grupo convencional de rock. Y refuerza esta idea con su selección de instrumentos, que relega los tradicionales del género a un segundo plano, mientras destaca vientos metales, cuerdas orquestales y teclas barrocas, como el clavicordio.
Esto resulta en una puesta teatral y conceptual, que rememora a These New Puritans y Beirut.
¿Y qué hay de sus letras?
Están interesadas por la maldad humana y narran relatos terribles:
- De comunidades caníbales.
- Asesinos amigables.
- Líderes de cultos.
- Y gente alienada.
(Tópicos para alegrar el día). 😉
Conclusión
Cowards es un muy buen disco: original y artístico. No da para engancharse con sus canciones ni para rugirlas en concierto, pero sí para admirarlas, para saborearlas. Like a museum.
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