
Nickel Boys es una película de drama dirigida por RaMell Ross y protagonizada por Ethan Cole Sharp, Brandon Wilson, Aunjanue Ellis-Taylor y Hamish Linklater.
Adapta la novela homónima de Colson Whitehead y trata de dos chicos en un reformatorio.
¿Estamos ante algo nuevo bajo el sol?
En lo absoluto.
Cintas como esta hemos visto un millón de veces desde que el mundo es mundo:
- The Shawshank Redemption.
- One Flew Over the Cuckoo’s Nest.
- The Green Mile.
El racismo en los Estados Unidos…
La desigualdad social…
Así que es normal que tú te preguntes: ¿por qué malgastar más de dos horas con otro refrito de Hollywood?
Por su dirección.
¡Cuánta poesía visual!
RaMell Ross tiene el ojo de Terrence Malick y la fogosidad por los derechos de la comunidad afroamericana de Steve McQueen en 12 Years a Slave y Widows.
La cámara es su lienzo:
- Ángulos choretos.
- Cuadros incompletos.
- Imágenes cortadas.
- Y capturas de naranjos y objetos cotidianos, como pulseras.
Su abordaje es bello y artístico.
Y ante todo: EXPERIMENTAL.
¿No lo sabes?
Nickel Boys está -primordialmente- filmada en primera persona.
(Como la vida real).
Y la cámara simula los movimientos propios de la visión humana:
- Giros.
- Seguimientos.
- Distracciones.
- Inclinación cabizbaja.
- Y contacto visual.
Y sí: resulta raro.
Incómodo…
Y hasta forzado.
Pero, al menos, lo intenta: impone su personalidad.
Porque, de lo contrario: ¿qué nos quedaría?
¿Otra contender lacrimosa de la injusticia racial en Norteamérica?
¡Qué hastío!
Eso sí: vete haciendo con la idea de que Nickel Boys es… en efecto… un filme estrafalario.
Con ese montaje de acontecimientos históricos y retratos en blanco y negro y clips de obras clásicas y saltos de tiempo y cambios de personajes y diálogos repetidos y escenas surrealistas…
🤯
(No lo pone fácil).
Y la experiencia resulta algo hipnótica…
Lo suficiente como para que el espectador más zángano se quede dormido.
Pero, por fortuna, todos estos artilugios no sacrifican el elemento humano.
Nickel Boys es fuerte. Muy triste.
Y esto sin caer en lo explícito y en lo sádico.
Uno comprende las cicatrices de los personajes a partir de frases pasajeras y anécdotas que casi no vienen al caso.

Conclusión
Nickel Boys es una muy buena película. Tiene alma y personalidad. Habrá quien la acuse de soporífera y pretenciosa… y algo de razón tendrá. Pero, a mí me gustó y te la recomiendo. Me recuerda a Moonlight y Beasts of the Southern Wild.
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🏆 Premios más relevantes: nominación como Mejor Película en los Premios Óscar, Golden Globes, Critics Choice Awards e Independent Spirits.
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